Pensar y hacer arte son procesos que ocurren simultáneamente en Enlaces & Distorsiones, la nueva exhibición individual de Edward-Víctor Sánchez. Es una muestra conformada por nueve esculturas en formas de cajas en metacrilato transparente y madera, y tres pinturas sobre lienzo. Son caos contenidos, desórdenes ordenados, cúmulo de ideas que requieren ser protegidas y atesoradas.
Enfrentarnos a la obra de Edward-Víctor requiere tener en cuenta su lenguaje de instalación en gran formato e inmersivo que ha caracterizado su trabajo, pero también sus vivencias recientes como diáspora. Edward-Víctor, quien además de artista es profesor en la Escuela de Arte de la Universidad de Cincinnati, se ha visto impactado por los traslados motivados por oportunidades artísticas y de trabajo. Durante 8 años, ha tenido estancia entre Vega Alta, Bayamón, Baltimore, Rockville y Cincinnati, viajando, moviendo sus pertenencias y obras de sitio en sitio, recogiendo materiales descartados del entorno y de las ciudades que se le atraviesan en el camino. Piensa y viste su práctica de esos pedazos de memorias de lugares, hechos y personas. Esta serie nos invita a retomar esas intenciones. Con honestidad y sin pretensiones de ocultar su procedencia o naturaleza, contemplamos el material tal y como fueron encontrados. La nitidez y perfección no es el primer discurso que nos recibe, sino su resignificación para formular un retrato personal y colectivo, aquel asociado a los traspiés y cantazos que trae el desplazamiento y la relocalización; sobre todo cuando no se está en un solo lugar, cuando se siente que se pertenece poco a alguno de ellos y cuando constantemente se busca mantener a flote la identidad cultural.
Edward-Víctor es uno más en la incontable lista de personas que han tenido que partir en busca de oportunidades distintas a las que en el archipiélago puertorriqueño se disponen para la cantidad de artistas, educadores y profesionales de la cultura. Las historias se repiten y las razones son nuestro pan diario. Pero, ¿qué pasa cuando toca regresar, dejarlo todo, comenzar de nuevo, desde cero; cuando no puedes trasladar todo lo que has hecho? ¿Qué haces cuando parece imposible resguardar las memorias intangibles y matéricas para siempre? ¿Qué se hace? ¿Dónde se encuentra el plan?
Ahí es entonces cuando se piensa el arte y se guarda para luego; se empaca idealmente para llevar y transportar, en cajas.
Estas piezas son instalaciones contenidas, nostálgicas, recordadas; algunas de las cuales nunca se materializaron; otras sí existieron y fueron echadas a la basura; otras quedaron pululantes entre aduanas y llegaron a ninguna parte. Son ideas, maquetas, planes que se proyectaron en pequeñas formas a falta de espacio y por aferrarse al deseo de no dejarlas ir. Estas piezas son el equipaje de mano del artista y de quienes han tenido que empacar una y otra vez su vida; el equipaje de fácil acceso por su fragilidad y vulnerabilidad; el que queremos tener cerca para asegurarnos que llegue bien al otro lado. Es ese documento importante que resume quiénes somos y nos recuerda a dónde ir. Son precisamente enlaces de paz y reconciliación que emprende el artista para consigo mismo, y a su vez, distorsiones, cicatrices que perduran por el camino andado.
Si bien se dice que hay que salir de las cuatro paredes o pensar fuera de la caja, es porque en efecto se estuvo y se pensó desde ahí primero. Tiene que ver con el origen y la identidad de las cosas. Hoy, Edward-Víctor vuelve a su casa, Puerto Rico, luego de más de una década sin exhibir individualmente, y trae consigo la incesante necesidad de darle existencia a esas ideas que buscan un lugar donde habitar y ser pensadas, permanentemente.
Sarabel Santos Negrón
Artista visual y museóloga
Bayamón, Puerto Rico
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